Como cirujano plástico, traté a mi primera paciente con lipedema hace 27 años, mucho antes de que se reconociera esta enfermedad como tal . Mi trayectoria profesional me llevó posteriormente a realizar trabajos de cirugía estética y plástica, pero el tratamiento de las pacientes con lipedema siempre ha sido para mí una labor de gran trascendencia. La recuperación de la calidad de vida tras una operación de lipedema no sólo cambia la vida del paciente, sino que también tiene un significado muy especial para mí como cirujano.

En la cirugía del lipedema, todo encajaba. Pude utilizar mis conocimientos en materia de cirugía plástica para en primer lugar ayudar a las pacientes y, al mismo tiempo, obtener el mejor resultado estético posible. La cirugía del lipedema se convirtió en mi vocación. Desde 2017, trabajo como especialista en liposucción para lipedema y después de más de 2500 operaciones de lipedema a estas alturas, puedo decir: he llegado al lugar que debo estar como médico. Para acompañarla en su camino. De vuelta a la ligereza.